"LA ANSIEDAD DE GANAR"
PRESIÓN DEL DESEO: EL SUJETO DESBORDADO POR SU PROPIA AMBICIÓN
Nuestro plantel debe aprender a sentir pasión y emociones diversas, a controlarlas, dosificarlas e instrumentarlas de acuerdo a cada situación en particular es uno de los aprendizajes más bellos que nos brinda el deporte – y el futbol en especial -. Pero si nuestros guerreros se salen de cauce, estas hermosas vivencias emocionales pueden volverse en contra de los sujetos y el equipo en general, en momentos claves, y volverse una pesadilla donde muchos sienten ganas de abandonar la batalla.
La dificultad para definir o cerrar los partidos por parte de nuestra escuadra es una combinación, en grados variables, de ansiedad azuzada por inseguridad personal, implacables exigencias desmedidas y un nerviosismo que nubla el juicio generando un importante desarrollo de angustia escénica.
Síntomas:
En los últimos partidos hemos visto muchos intentos de definición prematura o atropellada.
Hacer un precoz intento de definición, y por esto suelen fallar, porque el punto de partida del tiro, pase o ejecucion no es el fruto de una "estratégica actitud de presión sobre el rival" sino que nuestros guerreros son víctimas de su propia presión interior. El sujeto se hace objeto de su propia ambición desmedida o desordenada. El predador se convierte en presa fácil, y así pierde la oportunidad de cerrar y convertir el gol o ganar el partido.
Inhibición y postergación en los los momentos decisivos.
También puede suceder el fenómeno inverso donde por inseguridad, nuestros jugadores demoran la ejecución del pase o tiro, desaprovechando la oportunidad y cediendo la iniciativa al oponente. Lo que el sujeto no hace, lo hace el rival. Igual que en la guerra terreno que se cede, lo gana el contrario - y esto lo hemos visto claramente, ejemplo concreto fue nuestro partido frente a San Marcos en la Pintana -.
Hacemos excepción de retiradas estratégicas o tácticas específicas de contragolpe, aquí estoy hablando de síntomas, inhibición o impotencia.
Imprecisión, vacilación y/o lentitud.
Nuestros jugadores yerran demasiados tiros, pases, que en la práctica de entrenamiento efectúan, y lo mas probable, convierten en innumerables oportunidades, como un penal o tiro libre. También pueden cometer errores tácticos como no ver a un compañero mejor posicionado, o distraerse, no entenderse con el arquero o un compañero, dejar sin marca a un delantero, etc.
Puede presentarse la sensación de que los rivales atacan en cámara rápida mientras que nuestros jugadores reaccionan en cámara lenta, o con pesadez. etc.
Tenemos el caso manifiesto de corredores, ciclistas o remeros que marcan mejores tiempos en los entrenamientos que en la competencia. A la inversa los campeones marcan mejores tiempos en competencia.
Lo que quiero demostrar es que detrás de la imprecisión o el error se encuentra una situación de tensión que inhibe la fluidez de nuestro equipo - como maquina -, la espontaneidad y la determinación que la ejecución del tiro o pase ganador requiere.
Estudios de la Psicología del deporte llaman a este proceso psicológico negativo como el SIC (SÍNDROME DE IMPOSIBILIDAD DE CERRAR O CONVERTIR).
El cansancio, el alcohol, las drogas, el estrés y la falta de sueño producen lentitud en los reflejos y errores de razonamiento. Entendemos que también producen el mismo efecto factores psicológicos como la poca tolerancia a la presión interna y externa. Es la falta de "anticuerpos psicológicos" para la presión lo que produce el SIC.
Espero nuestro cuerpo técnico trabaje estas dimensiones motivacionales y de concentración deportiva, única manera de remontar nuestro irregular paso en este campeonato.
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